La subrogación es un negocio jurídico que supone el cambio en alguna de las partes del contrato de un préstamo hipotecario. Por ejemplo, puede cambiar el acreedor si cambiamos de entidad financiera, lo que sería una subrogación activa.
Básicamente consiste en que el prestatario recibe una oferta con mejores condiciones de una nueva entidad financiera y decide cambiar su hipoteca a esa otra entidad.
En este caso será necesario seguir un procedimiento de notificaciones y de certificación de deuda que concluirá con el otorgamiento de una escritura pública, previa realización de un acta en la que el notario informará al prestatario de las nuevas condiciones y verificará que se ha cumplido con todo el procedimiento legal, así como con los plazos establecidos por la ley.
➡️ Es importante señalar que una subrogación de hipoteca acarrea una serie de gastos. Los gastos por tramitación:
▪️ Notaría.
▪️ Registro.
▪️ Gestoría.
▪️ Además, si nuestro banco nos aplicará una penalización por cambiarnos de entidad, también tendríamos que pagarla.
No lo dudes, consulta a tu notario.